Según decía el gran cronista polaco Jan Długosz el nombre de la ciudad viene de los arbustos de endiro que crecían en las laderas de la montaña de San Martín. El fundador de la ciudad Spycymir construyó su castillo entre los arbustos de endiro que están creciendo allí hasta hoy día y desde hace unos años también en una de las plazas del centro. En los sótanos de su castillo reposaban botellas de vino u otras bebidas hechas de esta planta.
Hoy se puede comprar en las tiendas el licor o el té de tarnina que se llama Tarninówka y es un buen recuerdo.
Otro tipo de recuerdo de Tarnów de gran valor artístico es el huevo calado hecho a mano por una artista local Dorota Pacanowska.
El huevo presenta escudo de la ciudad (www.tojajo.pl). La artista barrena un hueco con el taladro dentístico en un huevo de gallina, avestruz o pato haciendo ornamento de flores o mariposas o geométrico.
Tanto los huevos como Tarninówka recibieron premios en el concurso de recuerdos locales. Además los huevos ocuparon segundo puesto en el concurso de recuerdos de Pascuas en 2014.
Tarnów es el lugar más caluroso de Polonia pues vale la pena comprarse un calentador que emite el calor de 50-60 grados durante 20 minutos, que hace de él un regalo ideal para deportistas, turistas, viajeros, cazadores, pescadores y motociclistas.
También merecen atención los productos de las fábricas de cristales y los corales de tarnina o el delicioso pan.