La ciudad de Bochnia invita a hacer un extraordinario viaje en el tiempo. La ciudad está situada a medio camino entre Tarnów y Kraków. Allí está la mina de sal más antigua de Polonia que después de ocho siglos de explotación fascina con las capillas talladas en las rocas de sal y originales esculturas de sal. Hoy en día la visita a la mina tiene otra dimensión que antes, gracias a la exposición subterránea multimedia. Con ella los visitantes descubren las historias fascinantes que cuentan los mismos reyes polacos o un fantasma del cisterciense. Los turistas pueden conocer las técnicas mineras o fuerzas subterráneas con las que lucharon los mineros hace siglos.
La mina de sal no es sólo un lugar ordinario para visitar es también balneario. Al lado del pozo del siglo XIII está el hotel Sutoris y un centro de regeneración biológica que se especializa en curaciones de subterranoterapia. El clima de las cámaras de sal ayuda a curar enfermedades del sistema respiratorio y varios tipos de alergias. Los bañistas pueden visitar la mina sin salir fuera.
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