Los primeros castillos en Polonia se construyeron en los tiempos de formación de fronteras del país y cuando aparecieron las primeras dinastías caballerescas. Por la región de Tarnów pasaron grandes rutas comerciales, protegidas por las guardias de castillos fortificados.
Los castillos de Dębno y Nowy Wiśnicz son los mejor conservados de la región. El Castillo de Dębno es un ejemplo del gótico tardío de años 1470-1480, consiste de cuatro edificios que rodean gran patio con un pozo en el centro. El Castillo hecho de ladrillo y piedra tiene adornos en forma de torreones en cada esquina. Puertas y ventanas están adornadas de bajorrelieves con motivos de plantas o escudos. Cada septiembre el Castillo es lugar del torneo de caballeros que luchan por precioso trofeo que es la trenza de una mujer Tarłówna. El Castillo de Nowy Wiśnicz es el Castillo fortificado barroco más grande de Polonia. Los torreones en cuatro esquinas son su rasgo característico muy reconocido. Cada una de ellas es diferente.
En la región hay también ruinas de castillos, las más interesantes son las de la montaña de San Martín que se remotan al año 1329 cuando gobernó allí el atamán Jan Tarnowski. Ahora desde aquel lugar se puede admirar la panorama de Tarnów.
También los edificios reconstruidos de Czchów y Tropsztyn merecen la pena ver.